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miércoles, 19 de noviembre de 2008

UNA BREVE MIRADA Por: Genny Adriana Lara


Hoy a deferencia de otros días tengo ganas de detallar mi ciudad, al salir de mi casa observo la llamada “selva de cemento” adornada con colillas de cigarrillos, vasos desechables y una clara indiferencia en los ojos de la gente.


Las calles simulan ríos, ríos de carros, buses y camiones, la contaminación se hace más notoria al fijar mi mirada en los techos de las busetas una nube negra casi estática evita el paso del sol, mientras que dentro de la buseta con un vallenato de fondo se logra filtrar una fuerte voz contando la breve y trágica historia de su vida en la ciudad, su desilusión al encontrar como resultado unas pocas monedas hace que antes de bajarse de su breve viaje con nosotros salga un “hijue putas”.

Después del madrazo . Me bajo en el centro, a l fijarme en los detalles de esta ciudad se abre frente mis ojos un panorama diferente. Diversas ideas las veo plasmadas en los muros de la candelaria, dibujos que aparentemente no dicen nada pero que en un transfondo dan a conocer diferentes ideas políticas y sociales. Es hay donde me es mas claro que el centro agrupa plenamente el arte con la miseria.


Arte es característica de esta ciudad. Sus museos y la amplia fusión de diferentes culturas nacionales e internacionales no es muy notorio a la velocidad que manejamos nuestra vida en la ciudad. sin embargo al fijarme en la carrera séptima observe el típico restaurante de “negros” y diagonal a este un lugar preso por la transculturización estadounidense adornado con un letrero que decía “comidas rápidas”.

Al caminar. Un estruendo con acento paisa corta mi concentración, “todo a mil y a dos mil” es la constante frase que repite para conseguir fijar la atención de la gente en su mercancía: caimanes, peinillas, moñas, gafas y chanclas evidentemente de origen chino (y con un costo superior que el que dijo en la frase) es su sustento diario.

Pronto la lluvia espanta a la gente y hace que el tráfico vuelva más pesado, nada que hacer es hora de coger bus, al mirar mi bolsillo me encuentro con algunas monedas reúno rápidamente quinientos pesos sencillos. Con cara angelical paro un bus y amablemente tuteo al conductor y digo “me llevas por quinientos a chapinero” dejando sin salida a este no tiene otro remedio que decir si.

Se aproxima el momento de bajarme. Al timbrar se que lo tengo que hacer una cuadra antes, pues una vez que aprendes a coger transporte en Bogota aprendes muchas de las mañanas de sus conductores, y una de ellas es dejar siempre a la persona una o dos cuadras después de haber timbrado. Al bajarme una particular ansiedad de sentir un poco de nicotina en mi boca hace que compre un cigarrillo, hago un paso fugaz por el parque de la 60 con séptima con gran detenimiento veo a una persona de edad avanzada hace un gesto de desaprobación al ver a un joven con una cresta de 80 centímetros aproximadamente, lo que me hace pensar, ahora lo único que me sorprende es la total indiferencia social y ambiental que vive la ciudad. Pues mientras desaprobamos a la persona que se viste extraño, avalamos actitudes dañinas para la ciudad como votar colillas, basuras y escupitajos en las calles.

Genny Adriana Lara

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