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lunes, 13 de octubre de 2008

TAYRONA, HERENCIA CULTURAL

La tierra de los arawac nos abre sus puertas con la belleza y esplendor del mar caribe colombiano
Santa Marta capital del departamento del Magdalena fue fundada el 29 de julio de 1525 por el conquistador español Rodrigo de Bastidas, es la ciudad más antigua de Colombia y probablemente de Sudamérica.
Con la llegada de los españoles pueblos aborígenes de la región como los Tayrona, los kogis, Kankuamos y Arsarios descendientes directos de los arawakos huyeron a las montañas escapando de la violencia y depredación de la conquista.

En 1976 un equipo de arqueólogos del Instituto Colombiano de Antropología encabezado por Gilberto Cadavid descubre lo que se llamaría Buritaca 200 o ciudad perdida. un ciudadela de aproximadamente 200 hectáreas, unos 2 kilómetros cuadrados, ubicada a unos 1.200 metros de altura sobre las estribaciones del Cerro Correa en la zona norte de la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia).



CONOCIENDO TAYRONA

A dos horas de la ciudad de Santa Marta comienza mi travesía. Desde el Parque Tayrona uno de los Parque nacionales más importantes del país. Bahías, playas, manglares, arrecifes coralinos, peces, moluscos y algas comparten este fascinante lugar con cerros, bosques y matorrales, más de 100 especies de mamíferos, 200 especies de aves, 50 especies de reptiles y algunas ruinas arqueológicas que relatan la historia de los tayronas, uno de los pueblos prehispánicos más interesantes de Colombia.

Caminar desde Arrecife hasta cabo San Juan me toma 40 minutos, procesiones constantes de extranjeros de muchos lugares del mundo me confirman que la belleza de este lugar ya no es un secreto. una vez en la falda de la montaña me apresuro a equiparme con lo necesario para subir hasta Pueblito un asentamiento Tayrona que se cruza en el camino hacia Ciudad perdida.

la subida comienza sin ningún contratiempo pendientes no muy pronunciadas, gran variedad de vegetación y los sonidos de la selva que me acompañan en cada uno de mis pasos. mientras subimos, nuestro guia, Ivan un joven samario de unos 30años de gran contextura física y con las marcas de algún ancestro tayrona en la piel, nos cuenta la historia de las ruinas, nos explica como funcionan las piedras falsas, lajas que estrategicamente eran colocadas para que al pisarlas un sonido hueco se propagara por la quietud de la sierra y así los indígenas pudieran saber donde venían los invasores. también nos habla de lugares sagrados que los tayrona utilizan para llevar a cabo sus pagamentos al dios Serancua, para procrear y solucionar los conflictos dentro de la comunidad.

Después de 4 horas de caminata llegamos por fin a Pueblito, su esplendor me deja perplejo, la construcción de sus casas, los caminos empedrados, escaleras y muros intercomunicados por una serie de terrazas y plataformas sobre las cuales se construyeron los centros ceremoniales, son una muestra de lo avanzado de la comunidad tayrona, escondida por casi 450 años ciudades como esta nos muestra la resistencia de culturas ancestrales que dan fe de lo fuertes y especiales que son aun estas comunidades indígenas.

Volver hasta cabo San Juan es otra caminada que requiere de una gran esfuerzo físico, 4 horas mas por un terreno difícil, pero me consuela saber que me espera un buen Pargo rojo, con arroz, patacón y el jugo de fruta que con tanto cariño prepara doña Asunción. me llevo buenos recuerdos y espero que el reflejo de este lugar perdure en mi memoria, pensar en eso me tranquiliza.

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Un aparte de la película Camino a la Fama (2000) dirigida por Nicholas Hytner.